No hay dos casos de depresión que sean similares, y aproximadamente el 20% de los pacientes con depresión no responden a ningún tratamiento. La IRM (Imagen de resonancia magnética) se usó para predecir los resultados del tratamiento de la depresión examinando la conectividad de la corteza cingulada subcallosal.
La depresión es un trastorno mental increíblemente común que afecta a más de 3 millones de personas en los Estados Unidos cada año y causa un deterioro significativo en la vida cotidiana. Desafortunadamente, no hay dos casos de depresión que sean iguales. De hecho, la depresión es diagnosticada por más de un centenar de diferentes combinaciones de síntomas. Además, ninguna de estas combinaciones de síntomas se puede predecir. También, determinar el mejor curso de tratamiento puede ser un proceso muy lento que implica tratar un tipo de tratamiento después de otro durante muchos años.
Lamentablemente, el 20% de los individuos con depresión no responden a ningún tipo de tratamiento. Por lo tanto, encontrar la mejor forma de tratamiento en el diagnóstico es una prioridad para los investigadores y profesionales de la salud. El doctor Boadie W. Dunlop y sus colegas investigaron si la respuesta al tratamiento podría ser predicha por la actividad en una determinada región del cerebro utilizando la resonancia magnética (IRM). Sus resultados fueron publicados en el American Journal of Psychiatry.
El estudio incluyó a 122 pacientes diagnosticados de depresión. Estos individuos se sometieron a un escaneo de resonancia magnética basal. Un aspecto único de este estudio es que los pacientes nunca habían recibido un tratamiento para la depresión antes de entrar en el estudio. Después de los escáneres de IRM basales, los participantes se dividieron en dos grupos. El primer grupo recibió 12 semanas del tratamiento bien conocido de la terapia cognitivo-conductual (TCC). El otro grupo fue tratado con uno de dos antidepresivos; Escitalopram, un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (SSRI), o duloxetina, un inhibidor de la recaptación de serotonina norepinefrina (SNRI). Los resultados del estudio se midieron utilizando puntuaciones de una escala de 17 puntos del cuestionario múltiple Hamilton Depression Rating (HAM-D). Los participantes fueron clasificados como remitentes (si su puntuación era ≤ 7 en el HAM-D) o no respondedores (<30% de mejora en los síntomas en el HAM-D). De los 122 participantes, habían 58 remitidos y 24 no respondedores.
Usando la IRM, los investigadores examinaron la conectividad de una región del cerebro llamada la corteza cingulada subcallosal con otras tres regiones del cerebro. La corteza cingulada subcallosal se eligió en base a su asociación previamente investigada con la depresión. Dunlop y sus colegas encontraron que los participantes que remitieron después de recibir TCC habían aumentado la conectividad de la corteza cingulada subcallosal en la línea de base. En comparación, los participantes que no respondieron después del tratamiento con antidepresivos mostraron significativamente menos conectividad. Por lo tanto, los resultados sugieren que podemos ser capaces de acelerar el proceso de tratamiento mediante el uso de la IRM para predecir las respuestas al tratamiento de la depresión. Esto puede utilizarse para indicar un tratamiento sobre otro (por ejemplo, CBT) y priorizar el orden en que se tratan los tratamientos disponibles. Estos resultados proporcionan información importante sobre el tratamiento de la depresión.