Cansado de los mismos autos aburridos de siempre? Prepárate para un viaje alucinante por el mundo de los autos más raros de la historia, donde la imaginación no tiene límites y la extravagancia reina sobre la convención.
En este artículo, exploraremos una colección de vehículos que desafían las normas, desde concept cars futuristas hasta modelos de producción que parecen sacados de una película de ciencia ficción
El Plymouth Voyager III (1990): Un Transformer familiar
Imagina un vehículo que se transforma, no para luchar contra robots espaciales, sino para adaptarse a tus necesidades familiares. Así era el Plymouth Voyager III de 1990, un minivan modular que desafiaba las convenciones.
Origen: Nacido en la era dorada de las minivans, el Voyager III era la visión futurista de Plymouth. Presentado en el Salón del Automóvil de Chicago de 1990, este prototipo nunca llegó a producirse en masa, pero dejó una huella imborrable en la historia del diseño automotriz.
Características técnicas:
- Dos módulos: La característica más distintiva del Voyager III era su diseño en dos partes. La “cabeza” o cabina delantera, con capacidad para tres pasajeros, se podía separar del “remolque”, que proporcionaba espacio para ocho personas más.
- Motores independientes: Cada módulo tenía su propio motor: la cabina usaba un 1.6 litros de 3 cilindros, mientras que el remolque contaba con un 2.2 litros de 4 cilindros. Juntos, generaban 250 caballos de fuerza.
- Versatilidad: El Voyager III era un camaleón automotriz. Se podía usar como un vehículo familiar de 11 plazas, como un pequeño auto de ciudad para tres personas o como una plataforma de carga con capacidad de hasta 1.800 litros.
- Diseño futurista: Su techo de cristal, las ruedas traseras ocultas en la carrocería y su estética general lo hacían parecer un vehículo sacado de una película de ciencia ficción.
Anécdotas:
- Un Transformer familiar: La prensa apodó al Voyager III como el “Transformer familiar” por su capacidad de transformarse según las necesidades del momento.
- Un sueño sin cumplir: A pesar del entusiasmo del público y la prensa, el Voyager III nunca llegó a la producción en serie. Las razones fueron variadas: su complejidad técnica, su elevado costo de producción y la falta de un mercado consolidado para vehículos modulares.
Legado:
Aunque nunca llegó a las calles, el Plymouth Voyager III sigue siendo un ícono del diseño automotriz. Su espíritu innovador y su apuesta por la versatilidad inspiraron a futuras generaciones de minivans y vehículos multifuncionales.
