Opciones actuales de tratamiento para pieles grasas
La piel grasa es una preocupación dermatológica común para muchos pacientes. Una revisión reciente destaca las diferentes opciones de tratamiento actualmente disponibles.
La piel grasa es una queja frecuente en consultas dermatológicas. Además del acné, los pacientes suelen condenar el aspecto brillante o incluso grasiento que el exceso de producción de aceite le da a la piel. La gran cantidad de remedios farmacéuticos y de venta libre es una prueba de la prevalencia de la piel grasa, así como las preocupaciones con respecto a ella.
¿Qué causa la piel grasa?
El aceite que produce nuestra piel se llama sebo. Es una mezcla de ácidos grasos y ésteres que son producidos por las glándulas dentro de las capas de la piel. El sebo sirve como una barrera protectora adicional para la piel, ya que su composición oleosa sirve como una barrera contra muchas sustancias. El sebo también sirve para lubricar la piel y evitar que la piel se seque, y es un componente necesario de nuestro sistema inmunitario.
Diferentes factores están implicados en la producción excesiva de sebo. Las hormonas como los andrógenos son un culpable bien conocido (de ahí el acné en la pubertad). Otros factores incluyen la raza, la humedad y las condiciones que aumentan la producción de andrógenos.
¿Qué tratamientos existen?
Las numerosas opciones de tratamiento para la piel grasa fueron revisadas recientemente por los dermatólogos en un artículo en el Journal of Clinical Aesthetic Dermatology. Los autores del artículo ofrecen un resumen conciso de los tratamientos disponibles para la piel grasa, así como otros que pueden no ser tan conocidos. El artículo de revisión enumera estos tratamientos de acuerdo con el método de administración.
Tratamientos tópicos
Los tratamientos tópicos se aplican directamente sobre la piel. La mayoría de los cosmecéuticos son tratamientos tópicos con los componentes activos más comunes como la niacinamida, el té verde o la L-carnitina. Se ha demostrado que estos componentes reducen la producción de sebo. Los tópicos disponibles con prescripción incluyen retinoides, que reducen la síntesis de glándulas sebáceas, y olumacostat glasateril (OG), que bloquea la creación de ácidos grasos en la glándula sebácea misma.
Tratamientos orales
Las opciones orales o sistémicas incluyen retinoides orales, diuréticos como la espironolactona y anticonceptivos orales. Si bien se ha demostrado que estos reducen la producción de sebo, siempre habrá preocupaciones sobre los efectos más amplios de estos medicamentos en todo el cuerpo.
Alternativas
Otros tratamientos que se están explorando actualmente incluyen inyectar una toxina botulínica en las áreas faciales susceptibles a la producción de sebo (la “zona T”), terapia fotodinámica o tratamientos selectivos con láser. Los autores ven estas opciones viables una vez que se hayan completado más estudios.
Con cada opción teniendo sus ventajas y desventajas inherentes, todavía no hay un consenso claro sobre el tratamiento de elección. Los autores recomiendan consultas exhaustivas y discusiones sobre estas opciones disponibles para desarrollar un plan de tratamiento que mejor se adapte al paciente.
Referencia:
Endly y Miller. “Piel grasosa: una revisión de las opciones de tratamiento”. Revista de Dermatología estética clínica. 2017: 10 (8): 49-55