Un nuevo estudio publicado en el British Journal of Nutrition investigó la relación entre la calidad de la dieta y los cambios en los síntomas del asma. Los resultados establecieron que existe una asociación significativa entre una dieta más sana y una mejoría en los síntomas del asma entre los participantes que nunca habían fumado durante varios años.
Investigaciones anteriores han propuesto que el aumento de la prevalencia global del asma puede ser explicado por las alteraciones en varios factores ambientales y de comportamiento que coinciden con el estilo de vida occidental. Este estilo de vida occidental se ha caracterizado por una fuerte disminución en el consumo de frutas y hortalizas, así como un aumento en el consumo de alimentos ultra-procesados.
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El consumo masivo de estos alimentos “occidentales” ultra-procesados se ha traducido en el consumo reducido de ácidos grasos y vitaminas antioxidantes; Los investigadores han propuesto que estas reducciones pueden explicar el aumento de las tasas de asma a nivel mundial. A la luz de esta hipótesis ampliamente sostenida, la mayoría de los estudios de dieta de asma se han centrado en las propiedades anti-inflamatorias y antioxidantes de los factores dietéticos.
Muchos estudios han demostrado que la obesidad es un factor de riesgo para el asma y que las mejoras en la dieta pueden reducir los riesgos de obesidad. El fumar se ha identificado como una fuente imperativa de oxidantes (sustancias que producen daño de las células, proteínas y ADN) y la investigación ha demostrado una relación entre el tabaquismo y un mayor riesgo de asma en adultos (asma a partir de la edad adulta).
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Algunos estudios han postulado que el IMC (índice de masa corporal) puede servir como un mediador importante (una variable que explica parte de una asociación entre otras dos variables) en la asociación de asma saludable, mientras que pocos estudios han explorado la conexión entre mejoras de una dieta de calidad y cambios en los síntomas del asma mientras que considera al IMC como un mediador.
Los investigadores ejecutaron este estudio, publicado en el British Journal of Nutrition, con el objetivo principal de caracterizar la relación entre la calidad de la dieta y los síntomas del asma, mientras que el tratamiento del IMC como un mediador y el tabaco como un factor modificador potencial (una variable que afecta a la fuerza de una asociación entre dos variables). Utilizaron el cuestionario del Índice de Alimentación Sana Alternativa (AHEI-2010) para medir la calidad de la dieta de los participantes; La gravedad de los síntomas del asma se midió por la puntuación de los síntomas de asma (la puntuación numérica se basa en la frecuencia de los síntomas respiratorios que se han producido en los 12 meses anteriores).
Un total de 969 participantes se incluyeron en el análisis estadístico final y se siguieron durante varios años. Los investigadores no encontraron una asociación entre los cambios en los síntomas del asma y la puntuación de la dieta entre los fumadores actuales y anteriores.
Una asociación fuerte entre una dieta más sana y los síntomas asmáticos mejorados fue documentada entre los participantes que nunca habían fumado. Curiosamente, 499 de 969 participantes se clasificaron en el grupo de “nunca fumadores”. Se dedujo que el hábito de fumar era un mediador crucial en lo que respecta a la relación dieta-asma saludable; Al contrario, el IMC no sirvió como mediador en esta asociación.
La conclusión general alcanzada por los investigadores fue que una dieta más saludable se asoció significativamente con síntomas de asma menos graves durante varios años, independientemente del IMC, entre los participantes que nunca fumaron.